
Llamo a Nora. Es de las pocas personas que todavía coge el teléfono como hacíamos antes.
— Hombre -y se le nota que tiene ganas de vacilarme-, ¿cómo está mi autor favorito? ¿Triunfaste por Málaga?
— Yo no, pero Carlos Zamarriego sí, que era de lo que se trataba.
— ¿Me has traído algo? ¿Un trapo, un detallito?
— Pues va a ser que no, pero prepárate, que el jueves te saco.
— ¿A cenar? ¡Qué detallazo!
— No. A que hables de ti, de lu libro, de política… De las municipales, que se acercan.
— ¡Qué pereza!
— Mano a mano con mi amigo Agustín, que tiene también una novela estupenda y divertida sobre política.
— No nos habrá plagiado.
— Para nada. El prota de su novela es hombre, se trata de política nacional y la época es más actual que la tuya.
— ¿Está bueno?
— ¿Quién?
— El prota.
— Buf, quién sabe. Los personajes literarios sois tan etéreos. Hasta que no os cogen los de Netflix o HBO es difícil decirlo.
— ¿Y Agustín?
— Qué.
— Que si tu amigo está bueno.
— Por Dios, Nora, qué cosas preguntas. Ya lo conocerás y sacarás tú misma tus conclusiones.
— …
— Nora, ¿sigues ahí?
— Sí. Es que estaba pensando… Yo ¿qué tengo que decir?
— Lo que quieras, Nora. Tu vida, tu historia: sobre todo tu etapa de alcaldesa. Cómo llegaste a ello, cómo terminó todo…
— ¿Lo del libro, más o menos?
— Más o menos. Pero no hagas espóiler. Aún tenemos que vender unos cuantos. Y habla también de Agustín, y de Joshua…
— ¿Joshua?, ¿quién es Joshua?
— El personaje de Agustín… Él va a hablar bien de ti…
— ¿Me tengo que leer el libro de tu amigo?
— Bueeeno, yo te puedo hacer un resumen… Con una condición…
— ¿Cuál?
— Que te portes bien… Nos va a presentar Mariano Herrador, un jurista de muchísimo prestigio, que nos acoge en su chiringuito… Y va a moderar la gran Cristina Valera… Va a ir un montón de gente importante. Por favor, no me hagas quedar mal.
— O sea, que no voy a poder…
— ¡No!. ¡Ni se te ocurra!
La historia de Nora se puede leer aquí y cuesta, más o menos, lo que tomarse un vermú. También se puede comprar, en papel o en digital, en la editorial Adarve.